¿Quién dijo que el cielo era un límite para la energía eólica? Un nuevo estudio analiza la potencia de los vientos de gran altitud y concluye que, a nivel global, éstos podrían satisfacer cien veces la demanda mundial de energía.
Además, para explotarlos no hay que irse a desiertos lejanos ni lugares remotos: según el estudio, realizado por la Institución Carnegie y la Universidad Estatal de California, las regiones que más provecho pueden sacar de esta fuente de energía son también las más pobladas, al menos en el caso del este de Estados Unidos y de Asia oriental.
Sin embargo, los autores del estudio reconocen que la fluctuación en la fuerza del viento continúa siendo un desafío a la hora de explotar esta nueva variedad de energía eólica a gran escala.
A partir de datos que se remontan a 28 años atrás recogidos por el Centro para la Predicción Ambiental y el Departamento de Energía de EEUU, los investigadores, Ken Caldeira y Cristina Archer, han realizado el primer análisis global de energía eólica disponible a grandes altitudes de la atmósfera.
El potencial del viento como fuente energética ha sido valorado en términos de "densidad de energía eólica", la cual tiene en cuenta no sólo la velocidad del viento sino también la densidad del aire a distintas altitudes.
"Hay grandes cantidades de energía disponibles en los vientos de gran altitud", dice Ken Caldeira. "Estos vientos soplan de forma mucho más potente y estable que los vientos próximos a la superficie".
Sin embargo, el cielo sí es, en realidad, un límite. "Tienes que subir unos cuantos kilómetros hacia arriba para sacar algún provecho. Lo mejor sería estar cerca del 'jet stream', a unos 9.000 metros".
Los 'jet streams' o corrientes en chorro son flujos de vientos rápidos que circulan a altitudes de entre 6.000 y 15.000 metros. Suelen ser unas diez veces más estables que los vientos próximos a la superficie, lo cual los convierte en una fuente de energía consistente y fiable.
Para capturar esta energía, se han diseñado distintos modelos tecnológicos, incluidas unas turbinas similares a las clásicas cometas que serían elevadas hasta los 'jet streams'. Con esta técnica se podrían generar hasta 40 megavatios de electricidad, que serían transmitidos a la tierra mediante las 'cometas'.
Las cinco grandes capitales
"Las mayores densidades de potencia eólica las hemos encontrado sobre Japón y el este de China, la costa este de Estados Unidos, el sur de Australia y el noreste de África", dice Archer. "Los valores medios en estas áreas son superiores a 10 kilovatios por metro cuadrado. Esto es impensable a nivel terrestre, donde incluso las mejores localizaciones tienen menos de un kilovatio por metro cuadrado".
En el análisis se incluyeron valoraciones concretas para las cinco ciudades más grandes del mundo: Tokio, Nueva York, Sao Paulo, Seúl y México DF. "Para las ciudades que reciben los chorros polares, como Tokio, Seúl y Nueva York, esta fuente de gran altitud es buenísima", añade Archer.
No obstante, siempre hay momentos en los que estos vientos de gran altitud dejan de soplar. "Esto quiere decir que necesitas grandes almacenamientos de energía o incluso una red global de abastecimiento eléctrico. Así que se requeriría una gran infraestructura", admite Caldeira.
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