Una rana gigantesca y voraz que convivió con los dinosaurios hace 65 o 70 millones de años, pudo ser una amenaza para las crías de esos animales, publicó una prestigiosa revista científica.
El anfibio de 40,6 centímetros y un peso de 4,5 kilogramos, era posiblemente uno de las más grandes que ha existido, poseía fuertes mandíbulas y una especie de coraza, describió uno de los autores del hallazgo, el paleontólogo estadounidense David Krause.
Por sus características, el animal recibió el nombre Beelzebufo (sapo diablo) ampinga (escudo), indicó el científico de la Stony Brooke University en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS).
La rana fue hallada hace 15 años en la isla africana de Madagascar, pero ahora los paleontólogos determinaron su condición de carnívora peligrosa para pequeños mamíferos, crías de dinosaurios y ranas de menor tamaño.
Krause señaló que no resulta imposible que el vertebrado descendiera de reptiles, mamíferos, anfibios de menor tamaño e incluso dinosaurios.
Según los científicos, el animal parece estar emparentado con especies de ranas latinoaméricanas, llamadas Pac Man (foto), por sus bocas grandes, incluso algunas tienen cuernos pequeños.
Este posible vínculo familiar con los anfibios suramericanos, planteó dudas sobre la teoría del desplazamiento de los continentes, indicó Krause.
De acuerdo con esas teorías, la isla de Madagascar se separó del continente suramericano en el período en que vivió la rana gigante, pero esos animales no resisten mucho el agua salada, señaló el experto.
Por eso los científicos pensaron que, tal vez, pudo existir un puente terrestre entre América del Sur y la Antártida, que en ese momento era calida
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