Durante la década de 1990 los Países Bajos se enfrentaron a una escasez de celdas de prisión, pero una baja en la criminalidad desde entonces ha dado lugar a un exceso en la capacidad del sistema penitenciario. Ahora el país tiene capacidad para 14.000 presos, pero sólo 12.000 detenidos.
El viceministro de Justicia Nebahat Albayrak anunció el martes que ocho cárceles cerraran sus puertas, lo que resulta en la pérdida de 1.200 puestos de trabajo.
El exceso de capacidad es el resultado de que la tasa de criminalidad en los países bajos esta en franco descenso, y el departamento del ministerio de investigación espera que continúe así durante algún tiempo.
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