El planeta está tan próximo a su estrella y es tan grande que provoca enormes mareas de plasma en su estrella. Esas poderosas mareas modifican a su vez la órbita del planeta, que tarda menos de un día en circundarla.
El resultado es una suerte de danza macabra en la cual el planeta, con una trayectoria en espiral, finalmente caerá sobre la estrella.
Se trata de una muerte lenta. Al planeta WASP-18b le resta alrededor de un millón de años de vida, dijo su descubridor, el astrofísico inglés Coel Hellier. Su artículo sobre el planeta suicida aparece en la edición del jueves de la revista Nature.
"Al generar estas mareas, provoca su propia destrucción", dijo Hellier.
La estrella se llama WASP-18 y el planeta WASP-18b por las siglas en inglés del equipo que los descubrió, llamado Búsqueda Gran Angular de Planetas.
El planeta orbita una estrella en la constelación del Fénix, que se encuentra a 325 años luz de la Tierra, es decir, pertenece a nuestro vecindario galáctico. Un año luz equivale a unos 9,5 billones de kilómetros.
El planeta se encuentra a 3 millones de kilómetros de su estrella, apenas un quincuagésimo de la distancia entre la Tierra y el sol. Por eso, su temperatura supera los 2.000 grados Celsius.
Su magnitud _10 veces superior a la de Júpiter_ y su proximidad a la estrella señalan su muerte probable, dijo Hellier.
Piense el lector en cómo la atracción de la Luna provoca mareas dos veces por día en la Tierra. El efecto del planeta sobre su estrella es miles de veces mayor, dijo Hellier. La marea de plasma podría alzarse cientos de kilómetros.
Al igual que la mayoría de los planetas fuera de nuestro sistema solar, éste no fue descubierto por medio de un telescopio. Los astrónomos advirtieron que la luz de la estrella disminuía periódicamente y concluyeron que se debía a la interposición de un cuerpo entre ésta y la Tierra.
Los astrónomos conocen unos 370 planetas fuera del sistema solar. Este es "un bicho raro más en el zoológico de los exoplanetas", dijo el especialista Alan Boss, del Instituto Carnegie de Washington.
El hallazgo de un planeta suicida es tan inusual que el astrónomo Douglas Hamilton, de la Universidad de Maryland, se pregunta si no habrá otra explicación: podría suceder que los cálculos físicos estén equivocados.
La respuesta se conocerá en menos de un decenio si el planeta sigue en su espiral mortal, dijo Hamilton.
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