Las especies marinas que quedan atrapadas en bolsas o mallas no son las únicas damnificadas por la acumulación de residuos de plástico en el océano. Según revela uno de los primeros estudios realizados sobre el tema, los investigadores han descubierto que aunque esté considerado como indestructible, el plástico se descompone con sorprendente rapidez y libera en el agua sustancias potencialmente tóxicas.
"El plástico que se usa a diario se considera estable", advierte Katshuhiko Saido, profesor de la Universidad de Nihon e investigador principal del estudio, "pero hemos descubierto que en el océano se descompone al estar expuesto al sol, a la lluvia y a otras condiciones ambientales". Según el científico, este proceso está dando lugar a una nueva fuente de contaminación que continuará en el futuro.
Saido afirmó, además, que el poliestireno comienza a descomponerse en sólo un año, liberando componentes en aguas abiertas dentro de ecosistemas marinos. El volumen de plástico en el océano está aumentando, de manera que el problema se convierte en una amenaza global al Medio Ambiente.
Sólo en Japón, unas 150.000 toneladas de residuos de plástico, la mayoría poliestireno extruido, son arrojadas al mar cada año. Su acumulación crea vastas extensiones de residuos que flotan en los océanos. La franja del pacífico llamada 'Isla de la basura' tiene ya una superficie equivalente a Francia.
El principal investigador del estudio afirmó que su equipo ha descubierto que cuando el plástico se descompone libera una sustancia tóxica llamada bisfenol A en el agua. Los fabricantes de biberones dejaron de utilizar bisfenol en sus productos este mismo año ante sus posibles riesgos para la salud, ya que puede desequilibrar las hormonas de los animales y afectar al sistema reproductivo.
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