Sunday, July 12, 2009

La lombriz gigante de Palouse

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La lombriz gigante de Palouse ha alcanzado la proporción de un mito en dicha región agrícola, que va del oriente de Washington al brazo territorial de Idaho. Tan sólo su nombre evoca la imagen de un temible gusano sacado de una película.


Se dice que la lombriz secreta un aroma semejante al de los lirios, cuando se la toca; que escupe a sus depredadores, y que vive en túneles de hasta 4.5 metros de profundidad. Pero sólo algunos han visto a este animal.


Por ello, científicos esperan confirmar o desechar este asunto en los próximos meses, por lo que recorren la región de Palouse con la esperanza de saber más sobre las lombrices gigantes.


Los conservacionistas quieren también que el gobierno del presidente Barack Obama proteja a esta especie, al considerársele en peligro, pese a que se ha hecho muy poca investigación al respecto.


La lombriz puede ser escurridiza, pero no hay duda de que existe, dijo Jodi Johnson Manyard, profesora de la Universidad de Idaho, quien encabeza la búsqueda del animal. Para demostrarlo, sacó un tubo de ensayo que contiene los restos bien conservados de un gusano regordete y blanco como la leche.


Uno de los estudiantes graduados de la clase de Johnson Maynard encontró este espécimen en el 2005, y se trata del único ejemplo confirmado de la especie.

La lombriz en el tubo de cristal mide unos 15 centímetros de longitud, mucho menos del metro que algunos observadores mencionaron al descubrir el gusano a finales del siglo 19.


Actividades de recolección documentada de la especie se han realizado sólo en 1978, 1988, 1990 y el 2005.


Los agricultores que trabajan la rica tierra de Palouse, un territorio de casi un millón de hectáreas, donde se siembra principalmente trigo, tienen también poca experiencia con esta lombriz.


Gary Budd, quien administra un gran montacarga para cereales en Uniontown, dijo que ningún agricultor a quien él conozca le ha mencionado la lombriz, a la que comparó con Elvis Presley.


"De vez en cuando, la gente los sigue viendo a los dos", bromeó.


Johnson Maynard y su equipo de cazalombrices trabajan este verano en una granja de investigación de la universidad, y utilizan tres métodos distintos para buscar un ejemplar con vida.


Una involucra tan sólo el cavar un hoyo; para la otra vierten una solución líquida para irritar a los gusanos, obligándolos a que salgan, y la tercera consiste en emitir electricidad para dar choques a los animales, también con el fin de que suban a la superficie.



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