La Laguna del Diamante , Un viaje a la Tierra del Pasado

En la Laguna del Diamante, hay un montón de razones por las cuales la vida no debería existir.
Para empezar, la laguna descansa entre los respiraderos de azufre  dentro de una de las mayores calderas volcánicas del mundo que pertenecen al volcán Cerro Galán.

 

Y no son sólo los gases venenosos que salen a la superficie. La laguna es tambien hiper alcalina (con un nivel de pH de 11) es cinco veces más salada que el agua de mar, y tiene niveles de arsénico que son 20.000 veces más altos que la cantidad considerada segura para beber por la EPA.

Aparte de los gases nocivos y lo tóxico del agua, la altitud del sitio presenta aún más  peligros a la vida en la laguna. A 4.600 metros sobre el nivel del mar, los niveles de oxígeno son bajos y la luz ultravioleta del sol es un 40% más intensa que en las tierras mas bajas.



Fue toda una sorpresa, entonces, cuando los científicos argentinos exploraron la Laguna a principios de 2010 y descubrieron una bandada de flamencos que próspera alimentandose de una población sana de microorganismos especialmente resistentes. Las rocas en la laguna están cubiertas con alfombras de microbios no identificados, Y que la colonia de flamencos basa su alimentacion en ellos. Aunque los flamencos son considerados una especie resistente con una gran facilidad de adaptación a diferentes condiciones, el medio ambiente en la Laguna del Diamante es la más extrema en la que los flamencos han habitado

Las condiciones en Laguna también se piensan son muy similares a las de la Tierra primitiva. Los científicos, por lo tanto tienen  la esperanza de que el estudio de los microorganismos de la laguna misteriosa ayudará a revelar cómo fue la vida en los principios del tiempo.


Otro enigma que queda por resolver es la identificación de un compuesto cristalino de color rojo que también crece en las rocas de la laguna. Los resultados preliminares de un estudio de difracción de rayos X (un método para examinar la estructura y la geometría de los cristales) no revelaron la presencia de minerales conocidos.


El caso de la Laguna del Diamante sólo sirve para demostrar la resistencia no sólo de  la vida, sino también las formas extrañas e inesperadas que se necesitan para sobrevivir en los ambientes más hostiles de la Tierra.