Estas fotografías fueron tomadas por el fotógrafo británico Davis Canciller en el Gonarezhou National Park, en Zimbabue. El elefante murió por causas naturales y al cuarto de hora, centenares de aldeanos que viven en el parque ya estaban despellejándolo. En una hora y cuarenta y siete minutos tan solo quedaba el esqueleto, que más tarde se llevaron para cocerlo y hacer una buena sopa.
Las fotografías denuncian la terrible hambruna que se sufre en Zimbabue. Allí está prohibida la caza de elefantes, pero no comérselos cuando mueren por causas naturales, algunos niños tienen la tarea de seguir a los más viejos cuando tienen síntomas de no durar mucho y avisar cuando mueren, para adelantarse a los depredadores y alimañas.
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