La última nave automática espacial rusa analógica, Progress M-67, se sumergió ayer en las aguas del Océano Pacífico, informó el Centro de Control de Vuelos, situado en Koroliov.
A las 13:33 de Moscú, los propulsores de la Progress M-67 se desconectaron del régimen de freno con el que funcionaban y la nave comenzó a descender.
Los restos de la nave se hundirán en el llamado “cementerio de naves espaciales” en el Pacífico, un sector libre de navegación marítima a 3 mil kilómetros de Nueva Zelanda.
Por orden del centro de mando terrestre, la nave Progress M-67 se desenganchó de la Estación Espacial Internacional el pasado lunes y pasó a una órbita más baja para funcionar como laboratorio geofísico.
En el vuelo orbital fue realizada una serie de experimentos, denominada Plasma-Progress.
Su objetivo fue el estudio de las características, tamaño y densidad del plasma que surge a consecuencia del funcionamiento de los propulsores del carguero.
El experimento se realizó con ayuda de un radar especial ubicado en la ciudad de Irkutsk.
La Progress fue lanzada el pasado 24 desde el cosmódromo de Baikonur, Kazajistán, con más de 2.5 toneladas de carga para la tripulación de la EEI, entre combustible, oxígeno, agua y alimentos.
Este ha sido el último carguero dotado de mando analógico y el tercero este año en amarrar a la EEI
fuente:EFE
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