El gobierno de China busca distanciarse de los presos ejecutados como fuente principal de órganos para trasplantes al tiempo que promueve la donación voluntaria.
En una inusual medida, el diario estatal China Daily reconoció que los reclusos ejecutados proveen casi dos tercios de los órganos utilizados en trasplantes en China.
El gobierno acaba de lanzar un programa nacional diseñado para aumentar el número de donaciones voluntarias entre el público.
Con la nueva campaña, las autoridades chinas también se proponen poner fin al tráfico ilegal de órganos, indicó Abby Mawdsley, corresponsal de la BBC.
“El gobierno ha lanzado ahora un programa nacional para intentar aumentar la cantidad de donaciones voluntarias entre el público”, agregó Mawdsley.
Pero nuestra corresponsal dice que el rechazo cultural a la extracción de órganos del cuerpo después de la muerte presentará un obstáculo difícil para el programa de donaciones.
Mercado negro
Aproximadamente un millón y medio de chinos necesitan trasplantes, pero sólo se realizan unas 10.000 operaciones de este tipo al año, informa el ministerio de Salud.
Con anterioridad, la agencia oficial de noticias Xinhua citó a uno de los principales expertos en trasplantes diciendo que sólo se habían realizado 130 operaciones con órganos de donantes fallecidos -excluyendo presos- desde 2003.
La escasez de órganos ha generado un boyante mercado negro. Para contrarrestar esto, el gobierno aprobó una ley que prohíbe el tráfico y la donación de órganos a personas que no tengan relación familiar.
En la práctica, sin embargo, los trasplantes ilegales -algunos de donantes vivos- suceden frecuentemente, informan la prensa y el Ministerio de Salud.
Grupos defensores de los derechos humanos han criticado a China por la falta de transparencia en este aspecto, sin embargo, la mayor preocupación recae sobre el uso de partes de la anatomía de presos ejecutados.
China ejecuta más personas que ningún otro país. Amnistía Internacional dice que por lo menos 1.718 personas recibieron la pena de muerte en 2008.
Al revelar la práctica, el diario China Daily citó al vice ministro de Salud, Juang Jiefu, diciendo que los presos condenados definitivamente no eran una fuente apropiada de órganos para trasplante.
El nuevo programa está diseñado para depender menos de los presos, así como también regular la industria y combatir el tráfico ilegal.
Se iniciarán sistemas piloto en 10 provincias y ciudades y se empezara un fondo para dar ayuda financiera a las familias de los donantes
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