Friday, May 29, 2009

El primer cementerio solar del mundo


Los muertos de las familias Moyano, Gómez, López, Benítez, Urbeda están dejando su legado. Cada día, desde la tranquilidad de sus nichos, generan electricidad para unos 60 hogares.




Se trata del primer cementerio solar del mundo. Ubicado en una localidad periférica de Barcelona, España, hace poco menos de un año entraron en funcionamiento 462 placas fotovoltaicas que generan unos 100kw de electricidad.



Si bien era un sitio que ya tenía un uso específico, el de ofrecer descanso a los muertos, a los responsables del cementerio de Santa Coloma de Gramanet se les ocurrió que podían aprovechar las extensiones de terreno para generar energías limpias.



"Vimos que en las cubiertas de los nichos, al igual que en plantas industriales, se podían utilizar para generar electricidad a partir del sol", le explica a BBC Mundo Esteban Serret, responsable de Live Energy, compañía que gestiona esta iniciativa.



Por su parte, el Ayuntamiento de Santa Coloma acogió con los brazos abiertos este plan. Se trata de una ciudad muy urbanizada que, tal y como le explicó a BBC Mundo la regidora de Medio Ambiente, Begoña Bellete, carecen de espacios diáfanos sin ningún tipo de sombra.



El menor impacto



Tres años les tomó armar el plan. La idea parecía no tener desventajas, pero había que actuar con pinzas, pues se trata de un campo santo. "No tiene impacto ambiental, más allá del paisajístico", aclaró Bellete.



En esta especie de mini urbanización póstuma, con bloques de nichos de cemento adornados con flores, había que diseñar un sistema de placas fotovoltaicas que estuviera en armonía con la arquitectura del recinto.



Como hay que tomar en cuenta la situación (de pena) en que se encuentran las personas que visitan el recinto, hubo que sacrificar una orientación más ideal de las placas por una que no molestara a sus usuarios



"Aunque podemos generar hasta 600kw, por la disposición de los nichos, sólo podremos llegar a los 400kw", aclara Serret, quien también comenta que para aprovechar mejor los rayos del sol habrían tenido que elevar más las placas.



"Pero entonces irrumpiría en el paisaje del cementerio", agrega.
Desde la calle es imposible detectar las placas. Para darse cuenta que el cementerio está generando energía solar, hay que adentrarse entre los pasillos de los nichos, ir ascendiendo por la montaña y llegar a lo más alto para ver estas especie de tejas fotovoltaicas que ahora le dan sombra a quienes ahí descansan.


"Como hay que tomar en cuenta la situación (de pena) en que se encuentran las personas que visitan el recinto, hubo que sacrificar una orientación más ideal de las placas por una que no molestara a sus usuarios", dice Bellete.



A diez años


La energía que se obtiene de las placas se traslada por unos canales -que hacen la vez de paredes de mármol negro- que llegan hasta la planta de transformación. A simple vista, una pequeña casita de paredes blanca.



Cementerio de Santa Coloma



La intención fue alterar lo menos posible el paisaje.



Es en la central de transformación donde se convierte en electricidad que se reincorpora a la red eléctrica. Es decir, alimenta a la compañía de electricidad FECSA que ofrece el servicio a los vecinos de Santa Coloma.



"FECSA nos paga a nosotros la prima, pero nosotros le pagamos la factura de lo que consumimos en luz", aclara Serret.



En otras palabras, Live Energy le cobra a la compañía de electricidad una prima que es un 540% de lo que en realidad les cuesta generar la energía. Con ello van amortizando la inversión de 740.000 euros (US$1.027.000).



"Todavía no lo puedo decir con exactitud, pero aproximadamente al año amortizaríamos unos 70.000 euros (US$97.000), con lo cual tardaríamos unos 10 años en recuperar la inversión", señala Serret.


Es por esto que a día de hoy los beneficios no se cuenta en dinero.



"Ahorramos 65 toneladas de CO2 al año, que es el equivalente a 4.600 árboles plantados o el consumo de unas 60 familias de un nivel medio", concluye Serret.



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