Los investigadores Cruz Márquez, de la Fundación Charles Darwin, y Washington Tapia, del Servicio de Parques Nacionales, ambos en Puerto Ayora, trabajaron junto con Gabriele Gentile, del Departamento de Biología de la Universidad Tor Vergata de Roma en la identificación de esta especie.
Casi dos siglos después del trabajo pionero de Charles Darwin en las islas Galápagos, los científicos han definido como especie a la iguana rosada, una variedad de los reptiles documentada por primera vez en 1986, informó hoy la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS).
Los investigadores Cruz Márquez, de la Fundación Charles Darwin, y Washington Tapia, del Servicio de Parques Nacionales, ambos en Puerto Ayora, trabajaron junto con Gabriele Gentile, del Departamento de Biología de la Universidad Tor Vergata de Roma en la identificación de esta especie.
"Cuando Darwin visitó las Galápagos -en la década de 1830- observó iguanas marinas (Amblyrhynchus) y terrestres (Conolophus) pero no encontró la rara iguana terrestre rosada con franjas negras", señaló el artículo.
Sorprendentemente, nadie había visto o al menos documentó la presencia de la iguana rosada hasta 1986.
La iguana terrestre de las Galápagos ha sufrido significativos trastornos causados por la presencia humana desde el siglo XVII que resultaron en reducciones graves de algunas poblaciones y la extinción de otras.
Desde fines de la década de 1970 las autoridades ecuatorianas y las organizaciones científicas han trabajado para la conservación de especies, incluida la repatriación de animales cautivos en áreas donde habían desaparecido.
En el artículo de PNAS, los investigadores sostienen que "existe un aislamiento genético sustancial entre la iguana rosada y las formas de iguana amarilla, y la rosada es basal de otras iguanas terrestres de las Galápagos reconocidas como especie".
"La rosada, cuya distribución presente es un acertijo, es de un linaje reliquia cuyo origen data de un período cuando al menos algunas de las islas actuales (en el archipiélago) no se habían formado", añadió el artículo.
"Hasta ahora esta especie es la única evidencia de una diversificación antigua en el linaje de la iguana terrestre de las Galápagos y documenta uno de los acontecimientos más antiguos de divergencia jamás registrados en las Galápagos", según los autores.
Gentile y el equipo, del cual también formaron parte Howard Snell y Heidi Snell, del Departamento de Biología en la Universidad de Nuevo México, urgieron a que se hagan "esfuerzos de conservación para impedir que esta forma, identificada por nosotros como una especie, se extinga".
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