La vida de Desiree Jennings era perfecta. Con sólo 25 años estaba por ser porrista del equipo de fútbol americano Red Skins, tiene un cuerpo atlético y se había casado apenas dos años antes con su novio, ambos vestidos de blanco, en una paradisíaca playa.
Pero la suerte fue adversa: desde la aplicación de una vacuna contra la Gripe A tiene una rara enfermedad de parálisis muscular que prácticamente no la deja hablar ni moverse sin sufrir convulsiones.
Jennings, que tenía un estado de salud ideal, había decidido vacunarse poco antes de participar en una maratón, siguiendo las recomendaciones de las autoridades médicas estadounidenses.
Diez días después de la inyección, Desiree comenzó a sufrir los primeros síntomas de la rara enfermedad que, según informaron los médicos, lamentablemente ya es irreversible y deberá vivir así.
Lo extraño, es que las convulsiones desaparecen cuando la joven camina hacia atrás o cuando corre, ambas cosas que puede hacer con perfección. Los especialistas afirman que el caso es uno en un millón.
“Esto me arruinó la vida. Ahora lo único que puedo hacer es correr”, aseguró la chica oriunda de Ashburn, Virginia.
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