La nebulosa del Anillo (M57), situada a unos 2.000 años-luz de distancia en dirección a la constelación de la Lira, es uno de los objetos celestiales favoritos de los astrónomos aficionados, ya que se puede observar incluso con un telescopio modesto.
El anillo central tiene un diámetro aproximado de un año-luz. Sin embargo, los bucles de gas incandescente que se pueden ver claramente en la imagen de hoy (una notable exposición profunda, fruto de combinar los datos de tres telescopios distintos) se extienden a mucha más distancia de la estrella que ocupa el centro de la nebulosa. M57 es una nebulosa planetaria que ha sido estudiada a conciencia. Por lo tanto, sabemos que el material incandescente no proviene de ningún planeta. Más bien, esta capa de gas es una mortaja, ya que se desprendió de las capas exteriores de una estrella moribunda similar a nuestro Sol.
La fascinante fotografía de hoy es un mosaico de imágenes de banda estrecha que muestran las emisiones atómicas del hidrógeno del anillo (en violeta) en la parte visible del espectro, y las emisiones moleculares del mismo hidrógeno (en rojo) en la banda infrarroja.
La galaxia espiral IC 1296, bastante más lejana que la nebulosa del Anillo, aparece en la esquina superior derecha.
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