En su nuevo libro Perros Increíbles: un compilación de curiosidades caninas, el historiador de la Universidad de Cardiff, Jan Bondeson extrajo de oscuros periódicos alemanes revelaciones del intento de los nazis en criar a un ejército de perros educados que pudieran leer, escribir y hablar.
En la década de 1920, los Alemanes tenían numerosos “ psicólogos de animales" que creían que los perros eran tan inteligentes como los humanos, y capaces de tener pensamientos abstractos y comunicación", escribe. "Cuando el partido nazi asumió el mando, se podría haber pensado que la construcción de campos de concentración sería para bloquear a estos fanáticos, pero en cambio, estuvieron realmente muy interesados en sus ideas."
Según el libro, los científicos imaginaron que un día los perros servirían junto a las tropas alemanas, y tal vez liberar oficiales de la SS.
Así que para liberar todo ese potencial canino, Hitler creó un Tier-Sprechschule (Escuela para animales que hablan), cerca de Hannover y reclutó a "perros educados" de todo el país.
Los maestros afirmaron una serie de hallazgos increíbles. Un terrier llamado Rolf se convirtió en una figura mítica del proyecto después de que los maestros dijeron que podía deletrear golpeando una tabla con la pata (el número de golpes representaba las diversas letras del alfabeto).
Así con esta habilidad los maestros de Rolf afirmaron que, aprendió lenguas extranjeras e incluso, Rolf le pregunto a una mujer de la nobleza, "¿Puedes mover la cola?" Tal vez lo más extravagante es la afirmación de sus maestros alemanes es que el can les pidió servir en el ejército alemán, porque no le gustaba el francés.
Otro perro ladraba "Mein Führer" cuando se le pedía describir a Hitler. Y Don, un perro pastor alemán, se dice que imitaba la voz humana al ladrar, "tengo hambre! Dame pasteles!" en alemán.
el amor de los Alemanes por los perros puede haber cegado a los nazis con los extravagantes objetivos de su proyecto. "Parte de la filosofía nazi era que había un fuerte vínculo entre el hombre y la naturaleza.
Hitler, un conocido amante de los perros, tenía dos pastores alemanes llamados Blondi y Bella. Mató a Blondi poco antes de suicidarse en 1945.
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