A medida que las bacterias y las algas son cada vez más difíciles de matar, los investigadores están buscando nuevas formas para eliminarlas de los suministros de agua.
Una idea es dar rienda suelta a un compuesto de electrones hambriento que las desintegrará.
Las bacterias nadan en el agua como dueños del lugar, se subdividen y difunden. Cuando el agua pasa por alguna parte importante (como por la garganta de un ser humano) tiene que ser purificada.
Hay muchas maneras de hacerlo. El agua puede ser tratada con productos químicos perjudiciales, filtrada o hervida, pero un proceso más eficaz e ingenioso puede estar a la vuelta de la esquina. Después de muchos años de tratar de mantener el hierro fuera del agua, el nuevo plan sería ponerle un poco.
El hierro viene en muchas formas diferentes. Ninguna de ellas son demasiado permanentes, ya que el hierro cede electrones, cambiando con relativa facilidad; pérdidas menores de dos o tres electrones suceden todo el tiempo.
Sin embargo, ocasionalmente el hierro se combina con el oxígeno, el calcio y sodio para formar un ferrato. Este ferrato se compone de seis electrones, significa que el compuesto está muy cargado positivamente y hambriento.
El ferrato hambriento de electrones tomará los electrones de cualquier lugar de donde pueda conseguirlos. Uno de los lugares de donde los obtiene son las moléculas orgánicas como las bacterias y los virus. Toma estos electrones y los separa de los organismos desintegrándolos para conseguirlos.
Los ferratos también atraen otras partículas dispersas del agua. El agua es a menudo contaminada con pequeñas partículas, cada una de las cuales pueden flotar en el agua como una suspensión cuando están solas.
Una vez que estas partículas están agrupadas con el codicioso ferrato, se precipitan al fondo del agua. El último de los precipitados es el propio ferrato, como cualquier partícula extra del compuesto, caen al fondo, y dejan detrás el agua limpia.
Este proceso no es utilizado generalmente a causa de la reactividad de los ferratos.
Si permanecen solos por mucho tiempo, se atacan entre ellos como a cualquier compuesto cercano y los vuelve inútiles. La única manera de hacer uso de ellos es que estén frescos. Sin embargo, las empresas están trabajando en una máquina que puede hacer que los ferratos fácilmente puedan purificar el vital liquido en las plantas de tratamiento de agua.
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