La idea de que todos provenimos de un ancestro común fue una de las grandes aportaciones del naturalista Charles Darwin.
Junto con el mecanismo de selección natural, este fue el eje de su propuesta de teoría de la evolución, que lo hizo famoso después de publicar El Origen de las Especies.
Hoy, 150 años después, las ideas del inglés siguen vigentes porque en ellas se basan muchas de las investigaciones actuales que marcan el ritmo de la biología, afirmaron investigadores en el marco de las celebraciones por el bicentenario del nacimiento de Darwin.
Arturo Becerra, investigador de la Facultad de Ciencias (FC) de la UNAM especializado en evolución y origen de la vida, planteó algunos de los caminos que los científicos han planteado para conocer cómo fue nuestro último ancestro común, denominado por sus siglas en inglés LUCA (Last Universal Common Ancestor).
Durante una charla impartida en el marco de la trigésima Feria Internacional del Libro del Palacio de Minería, Becerra le recordó al público lo poco importante que resultan los animales y las plantas en la comprensión del origen y evolución de la vida primitiva, y en especial en la caracterización de LUCA.
"Desde el origen (de la vida) hasta los primeros seres vivos es una etapa enorme (de tiempo), pero que los biólogos hemos podido trabajar muy poco. Los biólogos hemos trabajado más con plantas y animales pese a lo maravilloso que son los microorganismos que no podemos ver", dijo.
Ulises Iturbe, historiador de la ciencia también en la FC de la UNAM, explicó los alcances de la biología molecular para la determinación de la antigüedad de la vida en la Tierra.
"Hay cálculos moleculares a través de distintos marcadores que dicen que los animales podrían ser tan antiguos como mil millones de años, mientras que los fósiles marcan 550 millones de años", dijo.
Ese complemento de la paleontología, ha sido usado por Becerra y otros científicos alrededor del mundo a través de las herramientas del análisis genético para conocer organismos de los cuales no existen rastros físicos.
El laboratorio en el que trabaja Becerra -dirigido por Antonio Lazcano- compara los genomas ya descifrados y disponibles de distintos organismos para encontrar características comunes que puedan acercar a los investigadores a obtener una imagen de LUCA.
Otros grupos de científicos, dijo el biólogo, están convencidos de que es imposible obtener una imagen clara de este último ancestro, ya que el transporte horizontal de genes entre especies ha hecho que la forma de "árbol" que Darwin sugirió en torno a la evolución de la vida se desdibuje y haga pensar más en una red en la que es imposible distinguir una línea ascendiente de otra.
Sin embargo, agregó, hay quienes como él están convencidos de que sí se podrá obtener una imagen al menos borrosa de LUCA.
Por ahora, los científicos saben al menos algunas cosas sobre este organismo, como que vivió hace unos 3 mil 500 millones de años y que su código genético se habría basado en ADN.
"No sabemos si ahora podemos resolver el problema de la vida. (Pero) a diferencia de Darwin tenemos más información, un método para acercarnos a él", concluyó.
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