Y tiene una historia muy interesante.
Un Ermitaño llamado Don Julián dejó a su mujer para vivir en esta isla desde hace más de 50 años.
Murió en el año 2001, pero las muñecas espeluznantes que colecciono toda su vida aun se encuentran ahi.
Se dice que recogió las muñecas en honor de una niña muerta para calmar su espíritu inquieto.
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