Intentar convertir los desiertos en grandes bosques es una posible solución para el calentamiento global según han asegurado un equipo de biólogos y climatólogos. La idea consistiría en plantar todo tipo de árboles de crecimiento rápido que se adapten fácilmente al medio, como eucaliptos, para cubrir por completo el desierto del Sáhara o cualquier otro. Estas zonas boscosas podrían estar regadas por agua de mar, tratada en diversas plantas desalinizadoras y posteriormente canalizada hacia los bosques por complejos sistemas de regadío.
Los árboles fomentarían las lluvias, reduciendo las intensas temperaturas, y al mismo tiempo absorbería dióxido de carbono de la atmósfera. Los cálculos estima que estos desiertos arbolados podrían retirar aproximadamente 8.000 millones de toneladas de carbono al año, la misma cantidad de contaminación que se emite por los combustibles fósiles y la deforestación.
El coste del proyecto sería de unos 1,35 millones de euros al año, cantidad que merecería la pena gastar si realmente es una solución para mejorar el mundo. La única critica posible a la idea es que el ecosistema del desierto quedaría prácticamente destruido al modificar su entorno natural.
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