Una nueva investigación muestra que las estrellas antiguas de la Vía Láctea pertenecieron a otras galaxias, y que no se trata de las primeras estrellas nacidas en nuestra Galaxia cuando se formó hace unos 10.000 millones de años.
Muchas de las antiguas estrellas de la Vía Láctea son remanentes de otras galaxias más pequeñas desgarradas por violentas colisiones hace alrededor de 5000 millones de años, según afirman investigadores del Instituto de la Universidad de Durham de Cosmología Computacional y sus colaboradores en el Instituto Max Planck de Astrofísica, en Alemania, y de la Universidad de Groningen, Holanda. La investigación es parte del Proyecto Aquarius, que utiliza grandes simulaciones para estudiar la formación de galaxias como la Vía Láctea.
Sus simulaciones conjuntas revelaron que las estrellas antiguas, que se encuentra en un halo de desechos que rodea la Vía Láctea, fueron arrancadas de galaxias más pequeñas por las intensas fuerzas gravitatorias generadas en las colisiones.
Los cosmólogos predicen que el universo primitivo estaba lleno de pequeñas galaxias que tuvieron vidas cortas y violentas, chocando entre sí y dejando un rastro de desechos que finalmente se asentó en galaxias más familiares como la Vía Láctea.
Andrew Cooper, del Instituto de la Universidad de Durham de Cosmología Computacional, declaró: "en realidad nos convertimos en arqueólogos galácticos, buscando los lugares más probables donde podrían encontrase las estrellas antiguas en la Galaxia" Nuestras simulaciones muestran que antiguas reliquias que existen hoy en la Galaxia, como estas estrellas antiguas, están relacionadas con acontecimientos del lejano pasado.
Al igual que los estratos de roca antigua revelan la historia de la Tierra, el halo conserva un registro de un período primitivo en la vida de la Vía Láctea que terminó mucho antes de que el sol naciera."
Las simulaciones por ordenador comenzaron desde el Big Bang, hace alrededor de 13.000 millones de años, y utilizaron las leyes universales de la física para simular la evolución de la materia oscura y de las estrellas.
Estas simulaciones son las más realistas realizadas hasta la fecha, y son capaces de revelar detalles muy finos de la estructura del halo, como las "corrientes estelares". Estas estructuras son estrellas que están siendo atraídas de galaxias más pequeñas por la gravedad de la materia obscura.
Una de cada cien estrellas de la Vía Láctea pertenece al halo, una estructura mucho mayor que el disco de la Galaxia. Estas estrellas son casi tan antiguas como el Universo.
El profesor Carlos Frenk, director del Instituto de la Universidad de Durham de Cosmología Computacional, comentó: "las simulaciones son un plano de la formación de las galaxias. Nos muestran que las evidencias cruciales de la historia primitiva y violenta de la Vía Láctea se encuentran en nuestro vecindario galáctico. Nuestros datos ayudarán a que los observadores descodifiquen la intricada historia de nuestra Galaxia de una forma similar a la que emplean los arqueólogos para conocer el tipo de vida que llevaban los antiguos romanos a partir de las herramientas encontradas."
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