Unos científicos logran el registro, 250.000 veces mayor que el del Sol
Imagen de explosiones solares.
Imagen producida por el choque de los iones de oro que ha alcanzado la temperatura más alta detectada jamás.
Foto: BROOKHAVEN NATIONAL LABORATORY
Un grupo de científicos ha generado, en el Laboratorio Nacional de Energía de Brookhaven, en Nueva York, la temperatura más alta detectada jamás, cuatro billones de grados centígrados (250.000 veces más calor que el registrado en el centro del Sol).
El objetivo se ha conseguido con un acelerador de partículas gigante, con el que se han hecho chocar iones de oro entre sí con la finalidad de producir, durante milisegundos, explosiones ultracalientes.
El resultado es suficiente para dar material de estudio durante años a los físicos, que confían en que les conduzca a entender cómo y por qué se formó el universo.
Los científicos tratan de encontrar pequeñas irregularidades que podrían explicar por qué la materia se formó en sus primeros estados.
Igualmente, esperan encontrar más aplicaciones prácticas, como los spintronics, materiales que tienen el objetivo de hacer más pequeños, más rápidos y más poderosos los dispositivos informáticos.
FUNDIR PROTONES Y NEUTRONES /
«Esa temperatura es lo suficientemente caliente para fundir protones y neutrones», ha dicho el científico Steven Vigdor durante una conferencia de prensa en una reunión de la Sociedad de Física de Estados Unidos, en Washington.
El equipo de Vigdor busca una recreación del momento inmediatamente anterior al Big Bang, cuando las partículas de quarks y gluones se condensaron en hadrones, las partículas de la materia que componen gran parte del universo.
Según el físico, la temperatura de cuatro billones de grados se acerca bastante a la que pudo registrarse en los primeros momentos de existencia del universo, poco después del Big Bang.
El experimento se llevó a cabo en el colisionador de iones pesados RHIC, un acelerador de partículas de 3,8 kilómetros de circunferencia que se encuentra enterrado a cuatro metros de profundidad en Upton, en Nueva York.
Otro grupo de físicos prevé utilizar este mismo año el Gran Colisionador de Hadrones de Suiza para hacer chocar iones de plomo con el propósito de generar temperaturas aún mayores, que deberían reproducir momentos incluso anteriores al nacimiento del universo.
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