El conflicto en la región sudanesa de Darfur ha devastado el medioambiente de la región, ha eliminado los bosques y ha destruido las tierras de labranza, de acuerdo con un informe publicado hoy por el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA).
Las personas que se han visto involucradas en esto cinco años de crisis han talado grandes zonas de bosques, en parte para alimentar la industria de la construcción, en la que se produjo un gran empuje por la guerra, añade el informe, que señala que el follaje de los árboles en algunas zonas es tan escaso que los darfuríes a menudo tienen que viajar más de 75 kilómetros desde sus campamentos para encontrar leña que se empleará para vender o para utilizar como combustible.
"Ahora vemos un estrés extremo sobre el medioambiente alrededor de muchos lugares de los campamentos y las principales ciudades de Darfur", declaró el director del PNUMA para Sudán, Clive Bates. "Necesitamos plantar millones de árboles e introducir nuevas tecnologías para la construcción y la energía tan rápido como sea posible humanamente", añadió.
El informe del PNUMA manifiesta que la demanda de leña en las tres principales ciudades de Darfur, El Fasher, Nyala y El Geneina, se ha incrementado de "dos a tres veces" desde que el conflicto empezó en 2003. También el número de aserraderos y de ladrillos cocidos en hornos de leña se ha disparado en las principales ciudades de la región y mantener la elevada demanda para construir materiales para las nuevas bases de ls fuerzas de paz, de los refugios para desplazados y el alojamiento del personal de la ONU, asegura el informe.
La fabricación de ladrillos en un horno, añade el PNUMA, quema una cifra estimada de 52.000 árboles al año, lo que significa que "la forma actual de hacer ladrillos tiene un impacto desastroso sobre el frágil medioambiente de Darfur".
Los agricultores, a menudo expulsados de sus tierras por el conflicto, se encuentran con que el comercio maderero es la única forma de negocio que les queda después de refugiarse en los campamentos de desplazados, añade este informe.
Los expertos internacionales aseguran que más de 2,5 millones de personas se han visto obligadas a abandonar sus hogares desde que comenzó la revuelta de los rebeldes árabes contra el Gobierno en 2003, acusando a Jartum de negligencia con la región. La mayor parte de los desplazados han tomado refugio en los campamentos situados alrededor de las principales ciudades y de los campamentos de las fuerzas de paz.
El informe del PNUMA también dice que el desplazamiento de los habitantes del campo hasta las ciudades ha "provocado un incremento imprevisto de la demanda de leña". También hay indicios de que las milicias y los soldados gubernamentales han comenzado a ganar dinero mediante la recolección y la venta de 'mahogany' y otros árboles de madera noble para su comercio mobiliario.
El bosque más famoso de Nyala, Kunduwa, ha sido destruido por la tala extensiva que se realizó desde 2005 hasta 2007, y "su destrucción es lamentada por muchos por ser una tragedia que podría haber sido evitada", indica el PNUMA, que pide a las organizaciones de desarrollo que comiencen campañas para concienciar sobre el problema del medioambiente, y que pongan a prueba el empleo de fuentes alternativas de energía.
EP
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