Thursday, October 7, 2010
El polvo del desierto del Sahara
Utilizando numerosos datos recolectados por satélites de investigación de la NASA, un grupo de científicos de la Universidad de Alabama en Estados Unidos, pasarán los próximos tres años tratando de entender los impactos del cambio climático de unos 770 millones de toneladas de polvo que el desierto del Sahara arroja a la atmósfera terrestre.
Aunque parte del polvo del Sahara vuelve a caer a la Tierra antes de salir del continente africano, algunos corrientes de viento que viajan a lo largo del Océano Atlántico o el Mediterráneo, arrastran las partículas de este enorme desierto a distancias tan lejanas como América del Sur y el sureste de los estados Unidos.
Por esa razón, los científicos señalan que todo esto tiene un impacto ambiental y climático en la Tierra, el cual aún no se calcula con exactitud.
"La gente que construye los modelos climáticos sólo tiene algunas suposiciones sobre el polvo y su impacto en el clima," dijo el Sundar Christopher, doctor y profesor en ciencias atmosféricas de la Universidad de Alabama.
Para la investigación, Christopher y su equipo utilizarán una donación de 500 mil dólares para analizar el estado de la atmósfera por efecto de las emisiones del Sahara, además, se apoyarán de tecnologías de sensores infrarrojos del proyecto CALIPSO, el cual es desarrollado por el Centro Langley de Investigación de la NASA en Hampton, Virginia.
CALIPSO es un sistema de observación de la Tierra por satélite que proporciona el papel que las nubes y los aerosoles atmosféricos juegan en la calidad del aire y el clima mundial. Para ello, Christopher utilizará, tanto a CALIPSO como la información de otro satélite de esa Agencia Espacial, el equipo Aqua.
Aqua fue el primero de un grupo de satélites denominado A-Train, un conjunto de equipos espaciales que viajan en línea, uno detrás del otro, por el mismo camino en la órbita de la Tierra.
Combinando la información de varios instrumentos, se podrá generar una respuesta más completa a muchas preguntas sobre la atmósfera terrestre que han hecho los científicos; cosa sería imposible con observaciones de satélites por separado.
Polvo en viento
El polvo es un tipo de partículas (aerosol) que flota en la atmósfera. La mayoría de las investigaciones recientes sobre los aerosoles se han centrado en partículas generadas por los seres humanos, como el humo, el hollín y otros tipos de contaminación.
"Queremos aprender más acerca de las características de este polvo, sus concentraciones en la atmósfera y su impacto en el presupuesto global de energía, para que así podamos reemplazar a los supuestos con datos reales", dijo Christopher.
"Ha habido una gran cantidad de investigación que buscan la repercusión de los efectos climáticos de los aerosoles en el origen humano. Las partículas de humo y la quema de combustibles fósiles son pequeños, de tamaño inferior a una micra".
Muchos de estos componentes, agrega el científico, enfrían la atmósfera porque reflejan la luz solar hacia el espacio, antes de que el Sol caliente el aire, entonces, eso significa que hay menos energía solar disponible en la superficie para calentar el planeta".
Las partículas de polvo tienen un efecto significativo sobre la energía térmica en el aire, ya que éste absorbe la energía calorífica al levantarse de la tierra y la irradia, ya sea hacia al espacio o hacia la superficie.
"Una cosa que quiero hacer, es calcular la cantidad de polvo que tiene propiedades reflexivas de la luz, pues no todo el polvo genera ese fenómeno; por ello, ahora estamos tratando de calcular los índices de reflectividad, de manera que podamos decir con precisión qué cantidad de luz solar se refleja por efecto de ese fenómeno," agrega el académico de la Universidad de Alabama.
Sin embargo, estudiar la composición y la forma de las partículas de polvo es algo muy complejo, pues, al contrario de lo que se piensa, éstas no son esféricas, lo cual hace que el cálculo de su índice de absorción de energía sea más difícil de medir y consuma mucho más tiempo de investigación. Además, la composición del polvo varía dependiendo de qué parte del Sahara provenga, pues no todos los 'polvos' de esa región son iguales.
"Los modelos climáticos no son muy sofisticados en la forma en que manejan el polvo, además las mediciones de onda larga o infrarrojos parte es algo que ha sido ignorado durante mucho tiempo y ahora, queremos concretar esos valores", comentó el científico.
Los investigadores de la NASA están especialmente interesados en la comprensión de cómo el polvo podría suprimir la formación de huracanes y proporcionar nutrientes para la vida marina, señaló Langley Chip, científico miembro del proyecto CALIPSO.
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