De acuerdo con la teoría de Cari Gustav Jung, existen siete símbolos o arquetipos presentes en todos los sueños registrados.
La persona
Es la imagen que presentamos a los demás en la interacción social cotidiana. Durante el sueño puede tener nuestra propia apariencia o una muy diferente, pero siempre es la representación del soñador.
La sombra Es la parte de nosotros que no deseamos mostrar a los demás porque contiene aspectos negativos como la ira, el temor o la debilidad. En el sueño se manifiesta como un asesino o delincuente y sirve para confrontarnos con nosotros mismos.
Anima y animus Representan los aspectos femeninos y masculinos dé la persona. Se manifiestan como figuras muy femeninas (una doncella) o muy varoniles (un hombre barbado). Recuerdan la importancia de integrar rasgos conductuales de cada género, como la decisión y la sensibilidad.
El niño divino Es la forma más pura del yo personal. Simboliza la inocencia, la indefensión y la vulnerabilidad, pero también las aspiraciones y el potencial de cada cual. En el sueño se manifiesta como un bebé o un infante.
Los ancianos sabios Bajo la figura de un maestro, un doctor, un padre, un sacerdote o cualquiera otra investida dé autoridad, son el arquetipo que ofrece guía o asistencia a la persona, a veces para liberarse de su 'sombra'.
La gran madre Figura en los sueños como un personaje ambiguo. Puede ser el hada protectora que cuida y nutre, o la bruja que nos domina y nos pone en peligro, muestras del ambivalente carácter de la madre real.
El tramposo Revestido de formas muy diversas (puede ser un amigo o un desconocido), nos invita a no tomarnos demasiado en serio y provoca molestia y embarazo exponiéndonos a nuestras vulnerabilidades.
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