Tuesday, May 31, 2011

El 24 de junio el día más feliz del Año

¿Sabías, por ejemplo, que se puede predecir que todos vamos a ser felices el viernes 24 de junio?

Calendario-Junio-2011

Es cierto. Hay una fórmula que lo prueba.


Si se conjugan factores en una fórmula matemática en donde N es Naturaleza y Cpm, una abreviación en inglés que en este caso se utiliza para denominar a las memorias positivas de verano durante la infancia, el resultado es la fecha del día más feliz del año.

En realidad, esta "fórmula" es sólo un montón de tonterías matemáticas producida por el psicólogo Cliff Arnall, cuya otra famosa fórmula nos dio el "Blue Monday", o el Lunes Triste, supuestamente el día más deprimente del año.


El arma: las matemáticas

Y esto es así porque mientras que las fórmulas pueden ser estúpidas, la psicología detrás de ellas no lo es.

Sus "predicciones" sencillamente coinciden con momentos en los que no suele haber muchas noticias más fuertes,en el caso del día más feliz, el viernes más cercano al Día del Solsticio de Verano, o justo antes del inicio de la denominada serpiente de verano, expresión para referirse a las noticias irrelevantes o increíbles publicadas por los medios de comunicación durante las vacaciones de verano, cuando no se producen tantos sucesos relevantes.

Lo ingenioso es tener una fórmula sucedánea apoyando la predicción.

Porque si hay algo con el poder de hacer temblar hasta a los más grandes y poderosos, es las matemáticas.

Nada concluye un debate con más rapidez que sacarse alguna fórmula algebraica de la manga que supuestamente respalde el postulado que se defiende.


¿Será el 24 de junio el día más feliz?


Las ecuaciones sin duda parecen impresionantes, mientras que sus predicciones han demostrado todo lo contrario.

Desde la razón por la cual la gente de diferentes industrias obtienen los salarios que tienen, pasando por la volatilidad de los mercados financieros, la teoría económica hace predicciones que resultan completamente equivocadas.

Las ecuaciones complicadas sólo parecen servir como medio para ocultar supuestos dudosos detrás de esos fenómenos y las simplificaciones necesarias para resolverlos.

Una mirada a las dos fórmulas de Arnall le dice que son tonterías: ¿qué son las unidades de "Naturaleza" o las de las "memorias positivas de verano durante la infancia"?

Pero cuando se trata de las poco más creíbles matemáticas en algunas áreas de la economía o la física teórica, se necesita mucho más esfuerzo para romper el hechizo.
Algunas de las mentes más brillantes de estos campos, entre ellos John Maynard Keynes y el físico ganador del Premio Nobel Enrico Fermi, lo reconocieron y se rehusaron a jugar el juego del parloteo matemático.

Muy pocos de sus homólogos de hoy harían lo mismo. Preferirían confiar en la ecuación de mentiras que alguna vez presentó el propio Albert Einstein:

"Si A es el éxito en la vida, entonces A = x + y + z, donde el trabajo es x, el juego es y; y z equivale a mantener la boca cerrada".

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