Los abrigos de pieles, visto por muchos como un símbolo de indicador de estatus social o lujo, se producen a través del sufrimiento y muerte de millones de animales al año. Para satisfacer esta vanidad, muchos animales han sido criados y sacrificados brutalmente, condenados por haber nacido con un precioso pelaje.
Más de 40 millones de animales se crían en cautividad y matan al año para sus pieles. No solo la muerte de estos animales es inaceptable, sino que sufren numerosas anormalidades físicas y de comportamiento inducidas por el estrés de las condiciones en que viven enjaulados.
En Europa se producen un 70% de las pieles, sobretodo en Finlandia, Dinamarca y Holanda, aunque en España, concretamente en Galicia, existen numerosas granjas de animales para pieles.
Aunque algunos alegan que la piel es necesaria para mantenerse caliente en los climas fríos, existen numerosas alternativas de tejidos sintéticos que protegen tanto o más de las bajas temperaturas, son más ligeros, su producción menos contaminante y, sobretodo, no implican la muerte de animales. En el caso de los ribetes de piel, este argumento tiene todavía menos base.
Número de animales por abrigo
Para fabricar un abrigo de piel se matan:
12-15 linces
10-15lobos o coyotes
15-20zorros
60-80visones
27-30mapaches
10-12castores
60-100ardillas
Para fabricar un abrigo de piel se matan:
12-15 linces
10-15lobos o coyotes
15-20zorros
60-80visones
27-30mapaches
10-12castores
60-100ardillas
Sacrificio
Los métodos de sacrificio de estos animales están pensados para no dañar la piel y no costar dinero. El manejo de los animales por parte de los empleados de la granja suele ser brutal y nada respetuoso hacia ellos. Aunque la muerte significa para estos animales el fin de su sufrimiento, los métodos utilizados para su sacrificio implican mucha crueldad en sí mismos.
Los métodos de sacrificio de estos animales están pensados para no dañar la piel y no costar dinero. El manejo de los animales por parte de los empleados de la granja suele ser brutal y nada respetuoso hacia ellos. Aunque la muerte significa para estos animales el fin de su sufrimiento, los métodos utilizados para su sacrificio implican mucha crueldad en sí mismos.
Los métodos incluyen:
• Descarga eléctrica con electrodos colocados en la boca y el ano
• Gases letales asfixiantes (CO2 o CO) provocándoles una lenta agonía. A menudo son gases de los tubos de escape de coches conectados a cajas cerradas donde están los animales. El gas caliente y sin filtrar quema los ojos y pulmones de los animales, provocando una muerte dolorosa.
• Envenenados o inyectados con sustáncias químicas o pesticidas mezcladas con alcohol etílico
• Estrangulados, muy a menudo por asfixia, poniéndose en pie sobre el cuello del animal
• Desnucados
• Ahogados
Estos métodos no garantizan la muerte inmediata y a menudo los animales son despellejados vivos. Raramente se usan barbituricos ya que el uso de estos requiere un veterinario y un gasto adicional.
Existe un comercio internacional de perros y gatos de considerables dimensiones que hasta ahora no ha empezado a salir a la luz. Se pueden encontrar rastros de piel de perro y gato en accesorios de ropa, tapicerías de coches, instrumentos musicales como tambores, bolsos y accesorios de piel, guantes de golf y de jardinería, productos de ortopedia, género deportivo. La ley no requiere que el etiquetaje de estos productos indique la especie de animal de que procede la piel. El pelo de perros y gatos tambien puede encontrarse como gorros, guantes, ribetes y adornos en abrigos o incluso como peluches.
Anualmente se matan millones de perros y gatos, algunos callejeros, otros criados para este fin y algunos incluso mascotas perdidas o robadas. Los métodos de sacrificio suelen ser espeluznantes, aporreados, desangrados, ahogados o estrangulados.
La venta de estas pieles esta permitida en toda Europa, aunque algunos países han empezado a prohibir su comercio como Francia, Grecia, Italia, Bélgica, Dinamarca y los Estados Unidos.
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