Primero que todo, este trecho de costa atlantica en el noroeste de Namibia, rocoso, desierto y siempre rodeado de niebla, le hace honor a su cuenta mortal: se le llama asi por los barcos que han encallado en la filosas rocas de sus gélidas aguas, y los esqueléticos cascos de los buques se vislumbran en la playa, barridos por helados vientos y medio enterrados en la arena. Sin embargo, como en gran parte de Namibia, 'desierto' no significa 'muerte'. Inmensos elefantes del desierto rondan la costa, a veces deslizandose como surfeadores por las grandes dunas de arena, y los magnificos antilopes Orix de cuernos en espiral, llegan hasta el borde de las aguas, imponentes como unicornios. Los frios vientos que soplan desde la helada corriente del océano en realidad le traen vida al desierto y a la costa, y el efecto es de una belleza fantasmal, aislada y efimera.
Naturaleza de la costa
La característica básica de esta costa reside en el hecho de que el Desierto de Namibia llega hasta el Océano Atlántico Sur Los vientos soplan desde el interior del continente hacia el mar, con lo que cae muy poca lluvia, y el clima es completamente inhóspito. Por otro lado, hay un constante y fuerte oleaje en las playas. En los días de los botes a remo era posible desembarcar atravesando la marea, pero imposible volver a zarpar. La única forma de salir del sitio era caminar cientos de kilómetros, a lo largo del árido desierto, de aquí los "esqueletos" en la costa.
El relieve es generalmente bajo, ocasionalmente interrumpido por rocas emergentes. La zona sur está formada por planicies de grava, mientras que al norte de Terrace Bay el paisaje está dominado por altas dunas.
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