Es curioso que la mayor parte de los reportes de abducciones estén dotados de un carácter negativo.
Los seres extraterrestres no buscan a los humanos en misiones de paz o amistad: quieren destruirlos o, al menos, usarlos como sujetos experimentales.
Las connotaciones negativas de estos relatos fantásticos son resultado de experiencias y emociones humanas, como la belicosidad, el abuso de las especies en desventaja y el sometimiento sexual y físico.
Este tipo de enfoque halla su máxima expresión en el proyecto Investigación sobre las Abducciones Malignas o, en su idioma original, Malevolet.Alien Abduction Research.
Su objetivo es "ayudar a las personas que han sido víctimas de los extraterrestres a hallar sus propias respuestas y manejar la experiencia que vivieron."
De acuerdo con algunos ensayos preparados con ese propósito, los extraterrestres tienen una agenda vinculada siempre con estos cinco propósitos centrales:
Estudian a los humanos con fines de control poblacional o hibridación, por ejemplo para
enfermedades infecciosas en su planeta de origen.
Desean obtener elementos para enriquecer su patrimonio genético.
Vienen en busca de nuestro ADN para integrarlo a su propio genoma y sobrevivir en la Tierra.
Tienen un origen demoniaco y desean modificar nuestro código genético para destruirnos.
Tratan de acabar tanto con nuestros cuerpos como con nuestros espíritus, pues "somos capaces de vivir despojados de los rasgos físicos de nuestro cuerpo e ir en detrimento de la supervivencia de los alienígenas pues tenemos un alma, elemento único de nuestra especie."
Tratan de destruir a aquellas personas que tienen 'poderes telepáticos' y trascienden las 'paredes dimensionales', ya que implican una seria amenaza para ellas.
Tal vez se interesan en la humanidad como meros productores de energía porque desean alimentarse de nuestras emociones (traumas, dolores, tristeza y excitación sexual).
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