Thursday, April 28, 2011

Cuando Chernóbil llego a México

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El 26 de abril de 1986 un error de los operarios de la planta de Chernóbil, Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, provocó que el combustible nuclear entrara en contacto con el agua de una pileta empleada para refrigerar el reactor. Se produjeron dos explosiones que hicieron estallar las instalacio­nes y liberaron un material radiactivo 200 veces mayor que las bombas atómicas arrojadas sobre Hiroshima y Nagasaki.

El efecto inmediato fue de 31 personas muertas; sin embargo, los daños a largo plazo fueron mayores. Según la organiza­ción ambientalista Greenpeace, a la fecha han muerto más de 200,000 personas de esa zona debido a distintos tipos de cáncer (en especial leucemia o cáncer tiroideo) causados por las radia­ciones. Se prevé que éste se siga manifestando hasta mediados del presente siglo.

En 1987 llegaron a Veracruz tres barcos provenientes de Irlanda y descargaron varias toneladas (las especulaciones oscilan entre 7,000 y 80,000) de leche en polvo que había com­prado la Compañía Nacional de Subsistencias Populares (Conasupo) paraestatal dedicada a facilitar alimentos a personas de escasos recursos,a la firma irlandesa Irish Board, cuya producción estaba con­taminada con las radiaciones emitidas en Chernóbil.

Los primeros afectados fueron elementos de la Tercera Zona Naval que la consumieron y enfermaron de diarrea. El vi­cealmirante Manuel Rodríguez tomó una muestra del producto y la entregó al físico Miguel Ángel Valdovinos, jefe del laboratorio de Laguna Verde.

Su dictamen reveló: "Contiene altas concentracio­nes de estroncio 90 y cesio 137, en una cantidad superior en diez veces la tolerable por el organismo humano. Ambos elementos atómicos son considerados como altamente cancerígenos. Debe prohibirse, sobre todo, a los lactantes y a mujeres embarazadas."

Las autoridades mexicanas, incluyendo a Raúl Salinas de Gortari, director de Leche Industrializada Conasupo, ignoraron el dictamen y la leche se distribuyó como parte de los desayu­nos escolares ofrecidos en las primarias públicas del país.

Nunca se realizó una auditoría del caso y a la fecha se ignora cuántas personas han muerto de cáncer por haberla consumido.

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